Incienso “La Madruga”
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INCIENSO JERUSALEN BOLSA 500 G.

Ud.: 24,50 €
INCJE

Tradicional mezcla secreta de incienso en grano según el tipo Jerusalem. Bolsa de 500gr

Cantidad

El Incienso

¿SABIAS QUE…?

Acerca del nombre del incienso, los hebreos le llamaban lebonah, los griegos libanos, los árabes luban y los romanos olibanum; en todos los idiomas significa lo mismo, esto es: ‘leche’, por el aspecto de la resina al brotar del árbol. sin embargo en la actualidad se le llama incienso, nombre que deriva del vocablo latino incendoere, es decir, ‘encender’, ‘quemar’, ‘incendiar’, ‘prender fuego’, iluminar’.

Los datos arqueológicos que poseemos sobre el incienso se remontan al Valle del Nilo: en los templos de Deir el-Bahari se pueden observar inscripciones con dibujos de rituales netamente esotéricos, donde son más que evidentes las nubecillas del humo del incienso. Hace alrededor de quince siglos, los egipcios viajaban al país de To-Nuter para buscar incienso.

Las historias narran que el rey Rama-Ka llevó a su tienda arbolitos pequeños de incienso, los sembró cuidadosamente a la hora precisa, bajo los augurios estelares y logró de esta forma perfectos y esbeltos árboles de excelente madera y gomorresina. Los fenicios, por su parte, siendo grandes navegantes y comerciantes, llevaban siempre en sus navíos leños de incienso para comerciar con el mundo conocido. Más datos históricos sobre el incienso se tienen a partir de los relatos de Alejandro Magno: se cuenta que al tomar la ciudad de Gaza, acumuló entre los preciosos objetos del botín de guerra 500 talentos de incienso y 100 de mirra.

Por su lado, Estrabón nos narra cómo se hacían las transacciones comerciales con Arabia, la zona del Mar Rojo y hasta China, en búsqueda del tan preciado incienso. También Dioscórides y Plinio el Viejo citan en sus obras acerca del auge que tuvo el incienso en los templos de los tiempos de la Roma Imperial. Uno de los datos más notables proviene de Nerón: se dice que habría quemado impresionantes cantidades de incienso ante el sepulcro de Popea.

En la mitología grecorromana también está presente el incienso: Leucótoe, la hija de Arcamo y de Eurinoma, se entregó en amores al bello y codiciado Apolo. Cuando Arcamo supo de tal deshonroso acontecimiento, la enterró viva llevado por la mayor ira. Pero el dios Sol, para honrar a la infeliz criatura enterrada viva, la convirtió en un frondoso árbol de incienso. Por esto, se tiene también que, astrológicamente, los planetas que rigen a este sagrado árbol son el Sol y su hijo predilecto, Júpiter; por lo tanto el signo zodiacal que le corresponde es Leo.

Y  en la época actual, tanto en Andalucía  como en el resto de España, hablar de Incienso es hablar de Semana Santa, de una densa nube de humo blanco que después de deleitarnos con su aroma, algunas veces dulces y otras amargos, nos deja ver esa Imagen de Nuestro Señor o de  su Bendita Madre, que viene portada en pasos, tronos o andas, pero siempre llevadas y acompañadas por un gran número  de  fieles constituidos en Hermandad.

INCJE